Impuro animal
Hoy el espíritu suena a vacío (¿debería?)
porque se supone que, sin tanto tiempo para la vida
mosca de un día
soy el nutrido armario de un ideal
Como cajón cae y derrama su aire pútrido del tiempo…
y debo yo dar de libar a tanta alma indigente
como si la mía fuera alma diamante de las épocas
libro eterno de tanto milagro incertificado
Debo, pues, ser pastor y ara sagrada
de tanto idiota que muere sin pena ni gloria
perdido para sí mismo
como un esfuerzo inútil de la tierra…
Como si mi sangre no importara;
como, si a fuer de fuente
bañara el rostro de los mundos
mientras mi carne trepana el surtidor pozo de la nada
Y, sin chistar, recibo al herrero que suelta una exhalación
al fastidioso carpintero de los polvos
a la monja loca de los mil encierros
a mi amiga tonta que se queda
a los críos ruidosos y tantas veces poetizados
al policía o funcionario final, listo de tinta y papel
sempiternos trajes todos de esta vida que
como en viejos mitos, amagan mi palabra final
Al diablo: ni siquiera un silencio
Se supone que muero y mi corazón debería sonar hueco
de tanta inmundicia vital acumulada
Pero, como dije, es un ideal
Me voy completo