Intimidad
Se desvive la lluvia porque le guiñe un ojo
Está allí afuera, la muy bandolera, con su huracán de ruidos
acechando un silencio para su invasión poderosa
Se encabrita la lluvia porque la penetre en su fronda
Pero huraño el leñador se recuesta en la ventana
como asestando el sueño de las tres mil esperas
Sacar la mano y tocar
sus frías tetas
Cerrar los ojos y catar…
la voluptuosa entrepierna
El tiempo se mece en una cabaña
Lúbrico el bosque le muestra el falo
Y los pájaros… ¡Esos vagabundillos alcahuetes!
Pero ella se desvive. Viene por mí
Tocando mi puerta se derrama
Expele un rocío, como una crin
Tiembla. Oferta. Hasta truena
invitándome a ahogar esta mi vida sustraida