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Procura el surrealismo. Ejercicio interior que juega a la expresión.
Este blog en un principio nace como un homenaje a esa generación de brillantes "locos" que, en su tiempo, alumbraron estéticamente a la humanidad y nos dejaron para siempre su aporte multiforme para el alma.

Intenta en tema y técnica seguir la senda, pero más a modo de vitalizante talismán, porque en la práctica... ¡Ay, con las ideas! Jamás surgen del interior sin filtrarse a través de la razón, ese atenazante mecanismo de defensa. Pero, en fin, se escribe por impulso, aunque luego se haga uno a la idea de que el material no ha sido pulido y es espontáneo, selvático, suerte de retorno hacia las esencias. Tal es el surrealismo: arrojo, salto a la selva primigenia, mas utópico sueño..., porque ¿quién hombre civilizado puede desprenderse de su condición plastificada? El acto poético es un intento de recuperación de las naturalezas perdidas, pero aun ella, la poesía, es trabajo de artesania.
(Sea la técnica surrealista una ubre de ordeño para la inspiración y la idea, por un lado, pero por el otro, un camino para el desagüe: quien escribe lo hace como por trabajo de alcantarillero: drenaje) .
Aquí el concepto:
Surrealismo: Puro automatismo psíquico, por medio del cual se intenta expresar, verbalmente o por escrito, o de cualquier otro modo, el proceso real del pensamiento. El dictado del pensamiento, libre de cualquier control de la razón, independiente de preocupaciones morales o estéticas...

miércoles, 15 de julio de 2009

Intimidad

Se desvive la lluvia porque le guiñe un ojo

Está allí afuera, la muy bandolera, con su huracán de ruidos

acechando un silencio para su invasión poderosa

 

Se encabrita la lluvia porque la penetre en su fronda

Pero huraño el leñador se recuesta en la ventana

como asestando el sueño de las tres mil esperas

 

Sacar la mano y tocar

sus frías tetas

Cerrar los ojos y catar…

la voluptuosa entrepierna

 

El tiempo se mece en una cabaña

Lúbrico el bosque le muestra el falo

Y los pájaros… ¡Esos vagabundillos alcahuetes!

 

Pero ella se desvive.  Viene por mí

Tocando mi puerta se derrama

Expele un rocío, como una crin

Tiembla. Oferta. Hasta truena

invitándome a ahogar esta mi vida sustraida

viernes, 22 de mayo de 2009

Colibrí

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí.

Con nostalgia noto que el dinosaurio sigue allí, como reza un nuevo cuento viejo de la brevedad.  Pero como en otra dimensión, donde se me hace difícil pronunciar palabras, inventar cantos y derramar ansias.  Está allí lejos, al lado mío, y a veces pienso que como tiempo que es, acumulado en un centro de piel infinito, sobre una madeja de dentelladas, supuestamente cruel e implacable, me teme cobardemente.

Mi cuerpo no resiste una flor y a diario el colibrí puede estremecerlo.  ¿Cómo amenazar desde el vacío a ningún cielo?  ¿Cómo presumir más allá del polvo que voy siendo?  Gota que cuelga, bambú que se cimbra, gaviota envejecida, pequeño ruido o alarido, espora… Recorte mitológico de una fantasía que ya ni vuela, no puedo generar estampidas; sólo esperar recepción.

jueves, 7 de mayo de 2009

Una historia de raíces

Mucho se ha comentado de mi nueva sonrisa.  No puedo evitar desplegarla por doquier, incluso a sabiendas de que me podrían tildar de cínico.  Pero voy en paz, desde aquí mi centro de reclusión vital, y siento el frío de la tarde como si brillara en mis dientes.  Contemplo el corte de la estampa universal que me está dado vivir, y luego vuelvo al rincón de mi aposento consuetudinario.

No es seráfica tampoco.  Simplemente es una comprensión de amanecer que te acerca un poco más al ocaso.  Y el alma se te llena a cántaros de voces, de preguntas infinitas y de tantos deseos finales.  Tan viejo es el mundo que no se puede evitar la invasión poderosa de conocer sus orígenes, supuestamente sombríos.

Mis amigos se preocupan, porque no pueden comprender que se pueda ser feliz  con algo como eso, es decir, por nada, en su parecer.  Imaginan que estoy loco.  Y yo los dejo con su razón, pues me satisface verificar cómo sus mandíbulas viajan sin ton ni son de la sonrisa al llanto.  (Ello me reconforta).  No puede ser sano que un hombre condenado no ansíe la libertad.

Y así con el condenado resto de los otros seres.  O cosas.  Vienen a mí desde el mundo de la belleza a recitarme sus sirenas sobre el jergón de la cama.  Y yo los aparto de mí con distancia, como para no aporrear su orgullo.  Le digo al viento que vuele y al pájaro que cante mucho más allá, entre el follaje sintónico del bosque, porque aquí entre mis paredes hace frío.  Como también podría pedirles lo contrario:  al pájaro que vuele y al viento que cante.  Da igual.

Y más nada les digo.  Igual me desplazo hacia la ventana y contemplo la fila de árboles que esperan mi polvo entre sus raíces.  Es la alegría del viaje, incompresible para quien queda vivo.  He amado siempre la apacibilidad de un árbol, cuanto más si está entre las veras de un camino.

jueves, 16 de abril de 2009

Impuro animal

Hoy el espíritu suena a vacío (¿debería?)

porque se supone que, sin tanto tiempo para la vida

mosca de un día

soy el nutrido armario de un ideal

 

Como cajón cae y derrama su aire pútrido del tiempo…

y debo yo dar de libar a tanta alma indigente

como si la mía fuera alma diamante de las épocas

libro eterno de tanto milagro incertificado

 

Debo, pues, ser pastor y ara sagrada

de tanto idiota que muere sin pena ni gloria

perdido para sí mismo

como un esfuerzo inútil de la tierra…

 

Como si mi sangre no importara;

como, si a fuer de fuente

bañara el rostro de los mundos

mientras mi carne trepana el surtidor pozo de la nada

 

Y, sin chistar, recibo al herrero que suelta una exhalación

al fastidioso carpintero de los polvos

a la monja loca de los mil encierros

a mi amiga tonta que se queda

a los críos ruidosos y tantas veces poetizados

al policía o funcionario final, listo de tinta y papel

sempiternos trajes todos de esta vida que

como en viejos mitos, amagan mi palabra final

 

Al diablo:  ni siquiera un silencio

Se supone que muero y mi corazón debería sonar hueco

de tanta inmundicia vital acumulada

Pero, como dije, es un ideal

Me voy completo

jueves, 2 de abril de 2009

Sol

Hoy me gustaría estar contigo.  Es un simple pero poderoso deseo.  Diez mil poetas ya han expresado por mí la tonalidad del encuentro.  Cincuenta mil hombres sencillos, de campo y ciudad, ya han repetido el esquema.  Es sólo un único y mil veces repetido anhelo de no soledad.

Porque es así:  los años son una aplanadora de valentías, y siembran en la carne débil, temerosa de final, el apetito por la vida.  Cuando tenía veinte, de muchas maneras me suicidé, suponiendo siempre que era un guerrero invencible, endurecido de valor y acometiendo hazañas.  ¡Pobre tonto!  Los detalles dulces de la vida, como molestos insectos, revoloteaban por allí, sin ninguna luz de mi atención.

Hoy que cumplo crepúsculos, que la piel tiembla y los ojos se humedecen con frecuencia ante los ataques del sol, sólo sueño estar contigo aunque sea un único y puro segundo eterno, y sólo para decirte mi adiós.  ¡Precisamente ahora, creador misterioso, que comprendo tantas cosas y la oscuridad crece en mis anaqueles, incapaz de luz!

lunes, 16 de marzo de 2009

Desaliento

Ya tu ves… hoy me tomo el día.

Bajo un poco la presión sobre mi deseo de vivir

Me regalo algo más hacia los desagües de esta vida.

Y no me preguntes…

Continúa tu paso tranquilo paso, como si te contagiaras también

De está mi extraña enfermedad.

Haz que no vistes

Que el fantasma pasó a tu lado y no te importó

O que un cadáver dejó de tener importancia para ti.

Igualmente me tomo las cosas con cansancio.

Con oficio de ciclista infinito.

Con vocación de soldado, aunque ya muerto.

Nunca como hoy el río me parece tan vivo.

Sí..., claro, extraño: cuando uno se lo imagina vacío

De peces, de flores que floten y sin la eterna corriente.

Solo de agua que no necesariamente da vida.

Es un viaje. Lo sabemos. Siempre lo han dicho.

Y yo me tomo una porción, y me monto y me abordo

En una de sus rutas sin retorno

Hoy me tomo el día (ya te lo dije).

No me esperes: yo lo hago cuando tu vengas.

Ya te dije que no deberíamos tener grande importancia.

jueves, 12 de marzo de 2009

Mañana

Me tomo el día. 

Definitivamente, dolor y compromisos a un lado.

Me tomo el viento.

 

Siete leguas al abandono.

Libros cerrados como cuartos.

Oficio del que espera al olvido.

 

El tren que nunca termina por llegar.

La turbia Naturaleza azotando:

que si el pájaro, que si la fragancia, que si los pinos...

 

Que si el cielo enmarañado con tanto secreto

Que si el Hombre, o los fantasmas o los extraños.

Es una monotonía astral que brilla.

 

Al diablo.

 

Me lo tomo.

Disimulo el dolor del don de la vida

y aspiro este aire frío en mi frente.

 

Redoblo la manta calurosa.

Entrecejo una gota que se desprende.

Despabilo tanta custodia sombría

y cuanta promesa a porvenir.

 

Pongo el pie en fuga, en libertad, en exilio

en consumación

y me retiro de una vez por todas de la panorámica absurda.

 

Sé que tendrá su fin con el nuevo ciclo que empieza.

Bien sé de una fantasía

de una realidad sin salidas.

martes, 10 de marzo de 2009

También...

Aún la luz afuera no termina con su lluvia.  No es posible todavía el silencio.  Y, en consecuencia, una bocanada de esperanza pretende contagiar mi alma de las mil fugas, como si no respetase mi vocación de puertas, como si yo no fuese una palabra que vuela, una promesa también de férrea consumación de los destinos.  Una mi versión particular del cielo.

Comprendo lo que dicen los libros y el perfil azulado de una estrella que pestañea.  Es cierto:  con la belleza se tiembla.  Pero una belleza azulada tiene un particular temblor y, aunque así encabrite al mundo, desde el fondo de la tierra, como de nuestras almas, mil otra tonalidad podría estremecerlo también, cuando no aniquilarnos, según se tenga o no profesión de sombras.

Vengan a mí, pues, susurros del atardecer.  Posen sobre mi pierna el ave cantora de vuestras mil fantasías.  Y entonen la promesa de la nueva vida, además de eterna, como reza el discurso...  Que yo oigo y me extiendo hasta el centro de mi ser sin poder contener los cargamentos de la noche… Reo resignado de los oficios.

Inevitable de amaneceres, mirando al hondo tuyo o mio, presintiendo el baúl de los contradiscursos, asiéndome al canto de una piedra que se desgarra, ávido del libro de no sé cuántas noches borradas, y de los mejores silencios de una tarde seca, pido permiso para marcharme en medio de mi particular versión sensitiva.

jueves, 5 de marzo de 2009

Esperanza

Verás...

Problamente estés conmigo en el momento...

Es una flor sin fortalezas que me pasea el pensamiento.

 

Sabrás...

La luz tiende al centro desde el día pleno.

Y mi tela protectora se llama piel.

 

Porque así es este hecho de la frialdad

y de la cosas turbias de la vida bendita.

Avanzo yéndome hacia el recuerdo.

 

No te aseguro nada, dulce planta de los mil tallos.

Pero te llevaré en el corazón

como si yo mismo fuese el centro de la tierra.

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