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Procura el surrealismo. Ejercicio interior que juega a la expresión.
Este blog en un principio nace como un homenaje a esa generación de brillantes "locos" que, en su tiempo, alumbraron estéticamente a la humanidad y nos dejaron para siempre su aporte multiforme para el alma.

Intenta en tema y técnica seguir la senda, pero más a modo de vitalizante talismán, porque en la práctica... ¡Ay, con las ideas! Jamás surgen del interior sin filtrarse a través de la razón, ese atenazante mecanismo de defensa. Pero, en fin, se escribe por impulso, aunque luego se haga uno a la idea de que el material no ha sido pulido y es espontáneo, selvático, suerte de retorno hacia las esencias. Tal es el surrealismo: arrojo, salto a la selva primigenia, mas utópico sueño..., porque ¿quién hombre civilizado puede desprenderse de su condición plastificada? El acto poético es un intento de recuperación de las naturalezas perdidas, pero aun ella, la poesía, es trabajo de artesania.
(Sea la técnica surrealista una ubre de ordeño para la inspiración y la idea, por un lado, pero por el otro, un camino para el desagüe: quien escribe lo hace como por trabajo de alcantarillero: drenaje) .
Aquí el concepto:
Surrealismo: Puro automatismo psíquico, por medio del cual se intenta expresar, verbalmente o por escrito, o de cualquier otro modo, el proceso real del pensamiento. El dictado del pensamiento, libre de cualquier control de la razón, independiente de preocupaciones morales o estéticas...

viernes, 11 de marzo de 2011

Humedades

En días pasados anduve con el agua al cuello...

En fin, no es exacto:

algunas gotas rebasaron más allá y se colaron hasta las puertas celestiales.

Debo confesarlo.

 

Mi paso era trastabillante.

Una chancla en mi pie arrastraba una ansiedad de vida

viscosa sobre la alfombra;

un arrebato verde tierra golpeaba en mis oídos.

 

Mi mano tembló al procurar el pomo de la puerta...

Y luego un viento verdes langostas ─el verde, otra vez─ casi me derriba.

El sol se expandió con lejanías ondulantes de una bailarina árabe:

poderosa oferta sensual de vida sobre un plano también vital pero desértico.

 

Allí el balneario, el oasis...

Y, si tú quieres, mi acompañante invisible,

la pintoresca palmera.

 

Y he hacia mí la duna, la también pintoresca ola de arena

recortándolo en un hilo de horizontes,

a aquél, al sol que da vida.

Tributándole humedades...

 

Es un decir de que se me anegaron los ojos.

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