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Procura el surrealismo. Ejercicio interior que juega a la expresión.
Este blog en un principio nace como un homenaje a esa generación de brillantes "locos" que, en su tiempo, alumbraron estéticamente a la humanidad y nos dejaron para siempre su aporte multiforme para el alma.

Intenta en tema y técnica seguir la senda, pero más a modo de vitalizante talismán, porque en la práctica... ¡Ay, con las ideas! Jamás surgen del interior sin filtrarse a través de la razón, ese atenazante mecanismo de defensa. Pero, en fin, se escribe por impulso, aunque luego se haga uno a la idea de que el material no ha sido pulido y es espontáneo, selvático, suerte de retorno hacia las esencias. Tal es el surrealismo: arrojo, salto a la selva primigenia, mas utópico sueño..., porque ¿quién hombre civilizado puede desprenderse de su condición plastificada? El acto poético es un intento de recuperación de las naturalezas perdidas, pero aun ella, la poesía, es trabajo de artesania.
(Sea la técnica surrealista una ubre de ordeño para la inspiración y la idea, por un lado, pero por el otro, un camino para el desagüe: quien escribe lo hace como por trabajo de alcantarillero: drenaje) .
Aquí el concepto:
Surrealismo: Puro automatismo psíquico, por medio del cual se intenta expresar, verbalmente o por escrito, o de cualquier otro modo, el proceso real del pensamiento. El dictado del pensamiento, libre de cualquier control de la razón, independiente de preocupaciones morales o estéticas...

jueves, 12 de marzo de 2009

Mañana

Me tomo el día. 

Definitivamente, dolor y compromisos a un lado.

Me tomo el viento.

 

Siete leguas al abandono.

Libros cerrados como cuartos.

Oficio del que espera al olvido.

 

El tren que nunca termina por llegar.

La turbia Naturaleza azotando:

que si el pájaro, que si la fragancia, que si los pinos...

 

Que si el cielo enmarañado con tanto secreto

Que si el Hombre, o los fantasmas o los extraños.

Es una monotonía astral que brilla.

 

Al diablo.

 

Me lo tomo.

Disimulo el dolor del don de la vida

y aspiro este aire frío en mi frente.

 

Redoblo la manta calurosa.

Entrecejo una gota que se desprende.

Despabilo tanta custodia sombría

y cuanta promesa a porvenir.

 

Pongo el pie en fuga, en libertad, en exilio

en consumación

y me retiro de una vez por todas de la panorámica absurda.

 

Sé que tendrá su fin con el nuevo ciclo que empieza.

Bien sé de una fantasía

de una realidad sin salidas.

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