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Procura el surrealismo. Ejercicio interior que juega a la expresión.
Este blog en un principio nace como un homenaje a esa generación de brillantes "locos" que, en su tiempo, alumbraron estéticamente a la humanidad y nos dejaron para siempre su aporte multiforme para el alma.

Intenta en tema y técnica seguir la senda, pero más a modo de vitalizante talismán, porque en la práctica... ¡Ay, con las ideas! Jamás surgen del interior sin filtrarse a través de la razón, ese atenazante mecanismo de defensa. Pero, en fin, se escribe por impulso, aunque luego se haga uno a la idea de que el material no ha sido pulido y es espontáneo, selvático, suerte de retorno hacia las esencias. Tal es el surrealismo: arrojo, salto a la selva primigenia, mas utópico sueño..., porque ¿quién hombre civilizado puede desprenderse de su condición plastificada? El acto poético es un intento de recuperación de las naturalezas perdidas, pero aun ella, la poesía, es trabajo de artesania.
(Sea la técnica surrealista una ubre de ordeño para la inspiración y la idea, por un lado, pero por el otro, un camino para el desagüe: quien escribe lo hace como por trabajo de alcantarillero: drenaje) .
Aquí el concepto:
Surrealismo: Puro automatismo psíquico, por medio del cual se intenta expresar, verbalmente o por escrito, o de cualquier otro modo, el proceso real del pensamiento. El dictado del pensamiento, libre de cualquier control de la razón, independiente de preocupaciones morales o estéticas...

miércoles, 6 de febrero de 2008

De la brevedad del juego

Considerando la vida un juego
digo que siempre uno se juega el último chance.
No se está vivo si no se está muerto,
hipotéticamente.

Vago por la explanada.
Un vivo retoño rasguña mi pierna.
Me inclino y tomo la flor como perla dolorosa.
Así se vive, como ese pétalo,
de cara al cielo.

Y al llegar al turno el sudor correoso visita la frente.
Es madrugada, pero sudor correoso visita la frente.
Y vemos eso, que hay un esencia de ardillas en el miedo.
Se sonríe a veces uno hacia adentro.

Visito en la calle una congregación infantil.
El estruendo es un grito de guerra.
Juegan.
Se matan por morir "realmente".

Y mi cuerpo sin duda alguna se estremece.
Ni viento ni falsos temores.
Se estremece como pino gimiente.
Todo es un desastre y un sentido ordenados.

En la columna en que toca cada vida,
estoy allí, junto a otros,
imaginándome ganar o perder,
pero siempre terminando el juego.

Considerando la vida con más frialdad,
decido regresar,
pensando que se vive para terminar un juego.

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