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Procura el surrealismo. Ejercicio interior que juega a la expresión.
Este blog en un principio nace como un homenaje a esa generación de brillantes "locos" que, en su tiempo, alumbraron estéticamente a la humanidad y nos dejaron para siempre su aporte multiforme para el alma.

Intenta en tema y técnica seguir la senda, pero más a modo de vitalizante talismán, porque en la práctica... ¡Ay, con las ideas! Jamás surgen del interior sin filtrarse a través de la razón, ese atenazante mecanismo de defensa. Pero, en fin, se escribe por impulso, aunque luego se haga uno a la idea de que el material no ha sido pulido y es espontáneo, selvático, suerte de retorno hacia las esencias. Tal es el surrealismo: arrojo, salto a la selva primigenia, mas utópico sueño..., porque ¿quién hombre civilizado puede desprenderse de su condición plastificada? El acto poético es un intento de recuperación de las naturalezas perdidas, pero aun ella, la poesía, es trabajo de artesania.
(Sea la técnica surrealista una ubre de ordeño para la inspiración y la idea, por un lado, pero por el otro, un camino para el desagüe: quien escribe lo hace como por trabajo de alcantarillero: drenaje) .
Aquí el concepto:
Surrealismo: Puro automatismo psíquico, por medio del cual se intenta expresar, verbalmente o por escrito, o de cualquier otro modo, el proceso real del pensamiento. El dictado del pensamiento, libre de cualquier control de la razón, independiente de preocupaciones morales o estéticas...

miércoles, 23 de enero de 2008

Rodando

Regularmente arribo a ti en la hora menguada,
cuando es piedra el cielo y la tierra incorforme.
Cuando desde la orilla del río se regresa el viento
y reclama molesto su transparencia.
Que si el topacio, que si la hierba,
¡qué cosas mías!

Ni que hablar de paisajes restantes y otros dioses.
Ni de promesa ni ilusiones.
Ni de otras tantas perlas del placer de la existencia.
Ni siquiera sobre la muerte.

Se es abismo y ya, y estoy conmigo.

Y en tales momentos mi vida rueda como grano
de una amargura concentrada.
Piedra de guerra e infiernos,
viva,
perseverante,
ensañada.

Entonces vienes tu
y estás ahí,
como cosa extraña, fragancia de afuera
con propiedades mortales.
Bella, única, como una mirilla embebida en su misma alma,
nada extra planetario, por cierto,
pero simplemente humana.
Hasta diminuta.

Y, yo, criatura perversa,
nuevamente retorno al camino,
a la ruta seca de los solares,
nuevamente a extrañar la vida sobre la tierra.
Siempre muy, pero muy seguro, de no acabar nunca con esta historia.

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