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Procura el surrealismo. Ejercicio interior que juega a la expresión.
Este blog en un principio nace como un homenaje a esa generación de brillantes "locos" que, en su tiempo, alumbraron estéticamente a la humanidad y nos dejaron para siempre su aporte multiforme para el alma.

Intenta en tema y técnica seguir la senda, pero más a modo de vitalizante talismán, porque en la práctica... ¡Ay, con las ideas! Jamás surgen del interior sin filtrarse a través de la razón, ese atenazante mecanismo de defensa. Pero, en fin, se escribe por impulso, aunque luego se haga uno a la idea de que el material no ha sido pulido y es espontáneo, selvático, suerte de retorno hacia las esencias. Tal es el surrealismo: arrojo, salto a la selva primigenia, mas utópico sueño..., porque ¿quién hombre civilizado puede desprenderse de su condición plastificada? El acto poético es un intento de recuperación de las naturalezas perdidas, pero aun ella, la poesía, es trabajo de artesania.
(Sea la técnica surrealista una ubre de ordeño para la inspiración y la idea, por un lado, pero por el otro, un camino para el desagüe: quien escribe lo hace como por trabajo de alcantarillero: drenaje) .
Aquí el concepto:
Surrealismo: Puro automatismo psíquico, por medio del cual se intenta expresar, verbalmente o por escrito, o de cualquier otro modo, el proceso real del pensamiento. El dictado del pensamiento, libre de cualquier control de la razón, independiente de preocupaciones morales o estéticas...

martes, 29 de enero de 2008

Tregua

Hoy mi día no me pertenece.
Ha sido donado a la intemperie.
A la columna de luz que es la vida,
con su curvo recodo hacia allá,
aquella esquina.

He dado un brindis al cielo junto a sus secuaces
y he pactado un nervio de tierra prometida.
La tregua incansable del sol que gira.

Es la noche y en dulce calma,
como quien llega a su pueblo,
departo el ojo que mira
a sabiendas del incansable firmamento.
Habré de sobrar en tiempo para los detalles.

Me llevo tus manos sobre mi cabeza.
Arranco cual tallo mi casa del suelo.
Río infantilmente, aunque viejo.
Recorto papeles de silencio
y pego mi estampa colorida.
Poderosa es la memoria que se repliega.

Es la hora del abrazo y el festejo.
He brindado, en fin, por mi vida.

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