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Procura el surrealismo. Ejercicio interior que juega a la expresión.
Este blog en un principio nace como un homenaje a esa generación de brillantes "locos" que, en su tiempo, alumbraron estéticamente a la humanidad y nos dejaron para siempre su aporte multiforme para el alma.

Intenta en tema y técnica seguir la senda, pero más a modo de vitalizante talismán, porque en la práctica... ¡Ay, con las ideas! Jamás surgen del interior sin filtrarse a través de la razón, ese atenazante mecanismo de defensa. Pero, en fin, se escribe por impulso, aunque luego se haga uno a la idea de que el material no ha sido pulido y es espontáneo, selvático, suerte de retorno hacia las esencias. Tal es el surrealismo: arrojo, salto a la selva primigenia, mas utópico sueño..., porque ¿quién hombre civilizado puede desprenderse de su condición plastificada? El acto poético es un intento de recuperación de las naturalezas perdidas, pero aun ella, la poesía, es trabajo de artesania.
(Sea la técnica surrealista una ubre de ordeño para la inspiración y la idea, por un lado, pero por el otro, un camino para el desagüe: quien escribe lo hace como por trabajo de alcantarillero: drenaje) .
Aquí el concepto:
Surrealismo: Puro automatismo psíquico, por medio del cual se intenta expresar, verbalmente o por escrito, o de cualquier otro modo, el proceso real del pensamiento. El dictado del pensamiento, libre de cualquier control de la razón, independiente de preocupaciones morales o estéticas...

jueves, 31 de enero de 2008

Oscura espera

Y la noche vino a mí con su soledad de planeta,
rociando metálicamente las temblorosas hojas.
Una luna en borrachera se quedó dormida
y la tiniebla cunde en mi alma con gran espanto.

Hay el frío por allá, despues de las barreras.
Hay el viento trágico de milenarios tiempos.
Hay el matorral del alma que se inclina en silencio.
Hay el deseo duro de no morir tan solo.

Pero es silencio y nada más,
porque, aunque oscuro, sigo mirando el cielo,
imaginando el agua,
presumiendo poblados.
La bestia humana se resiste...

Es una tragedia la vida cuando ni la muerte acompaña.

miércoles, 30 de enero de 2008

Fin de la historia

Como viejos libros...
En un tiempo fue la palabra.
Hoy eres tu.

Te denomino ampliamente,
burlándome un poco de la historia.
Tanto tiempo la palabra fue un secreto
que nadie lo notó cuando hablaba.

Ahora ando tan consciente de ti
que me extraño no poder zambullirme más.
Se sonroja una biblioteca que me guiña el ojo.

Con tu cuerpo empalabrado hablo,
con tus cejas inclinadas puntualizo el discurso
y en tu abecedario completo me copulo el porvenir.

Te denomino y me burlo de las mezquinas historias,
lo cual es hasta lógico cuando el final llega.

martes, 29 de enero de 2008

Tregua

Hoy mi día no me pertenece.
Ha sido donado a la intemperie.
A la columna de luz que es la vida,
con su curvo recodo hacia allá,
aquella esquina.

He dado un brindis al cielo junto a sus secuaces
y he pactado un nervio de tierra prometida.
La tregua incansable del sol que gira.

Es la noche y en dulce calma,
como quien llega a su pueblo,
departo el ojo que mira
a sabiendas del incansable firmamento.
Habré de sobrar en tiempo para los detalles.

Me llevo tus manos sobre mi cabeza.
Arranco cual tallo mi casa del suelo.
Río infantilmente, aunque viejo.
Recorto papeles de silencio
y pego mi estampa colorida.
Poderosa es la memoria que se repliega.

Es la hora del abrazo y el festejo.
He brindado, en fin, por mi vida.

lunes, 28 de enero de 2008

Perdida emanación de los sentidos

Presentarme a tí, como indecente roca,
bestia pura del tiempo que copula en el olvido,
perdido en el vericueto del corazón de la tierra.

Venirme así, sin vestimenta,
intentando torcer el frágil arco de tu pecho,
sin embargo en estampida.

Creerme así, natural, dueño del pasto,
escalador de corazones y ventanas.
Divino soñador en la borrasca.

Infausto domador de fantasías,
asesino propio de su alma,
combatiente vencido de la guerra...

Pretender nomás asaltar tu alma,
¡que sueño entre la garra y la vida!
Perdida emanación de los sentidos,
¡que impotencia!

viernes, 25 de enero de 2008

Una palabra simple

Una semilla o una bomba germina la razón.
Anda allí de modo incierto, conspirando realidades,
perdida en el meollo del mundo.
Brazos y manos en desesperos
apuntando matorrales.
Es paraíso y precipicio.
Una palabra.

Cuando el loco o el poeta
la piensa
la vida nace o muere.

jueves, 24 de enero de 2008

Como en un viaje

Como cuando voy de viajes.
¡Cuánta vida en el cristal!
¡Cuánta muerte en el ocaso!
Hoja y luz, barro y pasos.

Y si la mente va más allá de la vista,
del pobre sentido del alma,
entonces hay lagos, charcos de petróleo,
matorrales poblados de sueños,
largas sendas inolvidables
si la planta arraiga.

Entonces hay el caserío, la ilusión rápida
de quien conquista el mundo;
un grito que nace de vida apenas,
tanto sendero trajinado por el corazón cansado.
Dulces y amargas...
Las penas.

Y si el viento viene cargado,
entonces hay lluvia, la dulce locura divina.
El follaje se perfuma y te fusila de recuerdos.
Y si es que el sol se lo propone,
entonces el jaguar milenario,
la raya crítica de la muerte,
el color del oro peligroso.

Y si es un recuerdo...
Otras vidas, otros lamentos y caballos
azotando la carretera.

Y si es más allá, después del brutal Orinoco,
la madre selva encendida,
el secreto, el resumen de la tierra,
el hombre liso a la zaga de una eterna existencia.

Y si eres tu o mi padre...
Probablemente un llanto, un manotazo de felicidad.
Como sea, la moneda es una sola, sin bandera, simplemente...

Y si eres tu, amada golondrina,
¡cómo no querer seguir con vida!

miércoles, 23 de enero de 2008

Rodando

Regularmente arribo a ti en la hora menguada,
cuando es piedra el cielo y la tierra incorforme.
Cuando desde la orilla del río se regresa el viento
y reclama molesto su transparencia.
Que si el topacio, que si la hierba,
¡qué cosas mías!

Ni que hablar de paisajes restantes y otros dioses.
Ni de promesa ni ilusiones.
Ni de otras tantas perlas del placer de la existencia.
Ni siquiera sobre la muerte.

Se es abismo y ya, y estoy conmigo.

Y en tales momentos mi vida rueda como grano
de una amargura concentrada.
Piedra de guerra e infiernos,
viva,
perseverante,
ensañada.

Entonces vienes tu
y estás ahí,
como cosa extraña, fragancia de afuera
con propiedades mortales.
Bella, única, como una mirilla embebida en su misma alma,
nada extra planetario, por cierto,
pero simplemente humana.
Hasta diminuta.

Y, yo, criatura perversa,
nuevamente retorno al camino,
a la ruta seca de los solares,
nuevamente a extrañar la vida sobre la tierra.
Siempre muy, pero muy seguro, de no acabar nunca con esta historia.

martes, 22 de enero de 2008

Imberbe palabra

Hay la palabra cuando me pinta el camino.
Soberbiamente hace gala de su poder recreativo
y apareja a mi costado una realidad de rosas,
si se escoge un buen diccionario.

Y hay la palabra mortal que emborrona el firmamento.
Perezosa la fruta se desprende del árbol
y tiene un chasquido como de vida que termina al caer.
O de una vida más honda ultra terrena.
Son palabras que no sonríen por el temor al silencio.

Sin embargo, ambos diccionarios son una constitución del cielo y la muerte,
pero en extremo renombrantes, como ecos difusos,
incapaces del parto siquiera de una miserable flor en la montaña.
Su pequeñez es granulada y mezquina de felicidad.

Afuera el mundo es infinito,
y hasta el moscardón humilla con su vuelo.
Detrás del cristal yacen los restos de la vida imaginada,
pero sólo eso, imaginada, apenas esbozada por un guiño,
por una luz, por un dedo, por un cuerpo que se repone del cansancio de la tarde.
Porque lo esencialmente vital ni se recuerda ni se teme.
Se vive, flotando el lenguaje como un breve surtimiento de aires.
Y el poema es apenas la breveda de un resuello.

domingo, 20 de enero de 2008

Botella y tierra

Si tu supieras cuánto abomino del tiempo embotellado.
O de cuánto abomino la botella misma.
Si tu supieras cómo he intentado romper
el plasma ese que en firmamentos nos separa.

Si tu, quejumbrosa y habladora por allá, supieras del tiempo encerrado donde dije
y de cómo es duro luchar contra banalidades infinitas.
Si tu, solitaria recelosa, miraras un poco nomás
el humo que dejan los viajes sobre la superficie de la tierra.
Si tu y yo fuésemos guerreros para dominar las fronteras.

Si tu tan sólo nomás pudieses envejecer y yo lo contrario,
o viceversa, como una loca maternidad de los tiempos.

Entonces estaríamos a mano.
Yo guerrero victorioso dedicado a la batalla
y tu divino tesoro determinado en coordenadas,
aunque divino tesoro por mi vida.

Seríamos iguales:
una hoja rogando por el suelo
y una madre tierra de acunantes azares.
Pero, como dije, hay tiempo y materia
y porvenires huecos de silencio, más allá de nosotros.
Ten paz, como yo recuerdos.

viernes, 18 de enero de 2008

Oda al poder en el mundo

Como el perro y la pulga, amorío intenso.
Porque en el amor uno se traga al otro,
y el que devora ama como se siente amado el devorado.
Llamado amor eterno.

Quien depreda es el pequeño de la pareja infinita,
minúsculo verdugo domador de gigantes.
Y el ser amado, quien alimenta con su sangre,
funge de Goliat con el espíritu redimido.

Porque el poder no está en la fuerza, como es el cacareo,
sino en el raciocinio de entenderla, lo cual domestica.
¡Cuánto hombre diminuto no ha poseído a la Tierra colmándola de dicha!
Como aquellas míticas diosas del pasado amantes de mortales.
¡Cuánto gigante hoy no hay en el mundo incapaz de aplastar una mosca
por el temor al crimen!
Absurdo ángulo del pensamiento.

Pero según no se abra el muro de los sentimientos
el amor es una plaga.
El chantaje de la luna sobre una habitación encendida
usualmente suele ser el portal para la dictadura minoritaria.
El belicoso guerrero jamás resiste la acechante rosa.
La espada es depuesta por la palabra, pero si la palabra engaña,
el alma humana es una mosca que establece imperios.

Eternamente el poder ha estado en la hembra,
gigante básico amoroso, dadora de pan venal de toda raza.

jueves, 17 de enero de 2008

De amigos y otros quebrantos

Mis amigos hoy me asedian con su rosario embriagado.
Se enfilan en la puerta y todos prometen un nuevo día.
Mis parientes no son mis amigos, pero también están en la puerta.
Ambas clases de afectos buscan en mí primicias, seguramente crepusculares.

No puedo complacer tanta gente.
El vino del fuego y el fuego del vino son incompatibles.
Con los amigos se explora la amante breve
y con el pariente, con esta carne que aquí te besa, uno muere.

Es un fin de semana.
Es el turno del tigre que merodea.
Amantes mujeres preparan guirnaldas
y bandoleros hombres, como mi banda,
doblegan murallas en las historias.

Debo responderles "No" y despedirlos.
Me escudo en la sombra que gime
y hasta amenazo con duros quebrantos.
Debo escudarme en la luz que me atrapa.
Hoy, por cierto, cuento con cielo a favor... y con noches.

Es la hora serena y serena.

Es un fin de semana.
Mis camaradas comprenden y se marchan.
Es un fin de semana, me repito, y miro las sombras que huyen.
Mis camaradas... En fin, mis parientes.
En la nona hora de las penitencias,
derraman rocíos en mis praderas.
Son mis parientes y quedan conmigo.

Pero yo secuestro y enjaulo sus tigres.
Atajo feroces manadas,
a pesar que lunezco.
Les cuento historias para que se vayan.
Pero están aquí, a mi lado,
en amaneceres.

Es un fin de semana, hora de tigres,
y yo, mezquino hasta el final,
secuestro sus días, sus otros quereres.

miércoles, 16 de enero de 2008

Mientras agonizo

Más certidumbre cargo a cuesta mientras más contemplo el cirio declinar.
La luz de la tarde también se agacha y abreva un poco en el silencio.
Futuras estrellas aterciopelan los pesados pasos.
Por allá, detrás de una fronda cantarina, se entona un himno desconocido.
Es el lenguaje de la luz oscura, misma que se cuela por las rendijas
y nos deposita en la aurora.

Porque de eso se trata, del amanecer.
Del recuerdo de vientos infinitos abofeteando dulcemente
la mejilla del día recién abandonado, como un viejo zapato,
hueco callado y parlanchín, como toda huella.

Mientras tanto, mientras agonizo, como el viejo novelista de las lecturas,
pasos como picos se rebaten contra el piso.
Es una despedida prolongada, como en realidad es la vida.
Diríase que son rezos de piedras contra una baldosa helada.
Diríase eso, un aplauso y luego silencio.
Tal, es el entorno de mi especie, aparatos humanos.

De pronto un resuello, un chirrido, un aleteo, un olor a pastos...
Es de afuera, adonde pertenezco.
Se cuela la luz por la ventana con un regalo de cielo.
No todo está perdido mientras agonizo,
más cuanto comprendo que la llama aún titila y no se apaga.
Es el mundo exterior con su lengua crítica de interiores.
Es el mundo humano, con su frío vacío de exteriores.
Es, en fin, mi mundo natal, adonde pertenezco.

Algún pariente extiende una mano para recuperarme,
pero yo sonrío a través de la niebla del campo.

martes, 15 de enero de 2008

Otra vez

Alguna vez tendré que regresar.
Es duro el lamento así propuesto.
Ni una gota de añil me adulará.

Instalado en la idea, en el serio polvo del cielo,
probablemente cambie de lista cuando se acerque el momento.
¡Es que la flor desde arriba es todo un cancionero
y las duras piedras son inhóspitas burlas de mi corazón vengativo!

Algún día, sí, regresaré.
Verás... Prepararé el espíritu férreo para la canción repetida;
barajaré la luz violenta de nacimiento de una vida.
Esperaré, acecharé, apremiaré un corazón de oso para la carne endeble.
No quiero opinar nada sobre los polvos del pensamiento.

Pero correré la sabana con mi suerte, y si bien sigo con ella,
otearé el declinar del firmamento,
pasivamente, armado con la destreza del cielo,
y con la humana burla de los hombres que nunca parten.

Sólo así se regresa a repetir la canción repetida,
blindado con los sarcasmo de la carne y el pensamiento de las estrellas.

lunes, 14 de enero de 2008

Eterna flor de un día

Quizás algo de tiempo, apuntó el más pequeño.
Quizás, dijo el más viejo.
Es una cuestión de lunas, dice uno más lejos.
O quizás un problema eterno.

Lo cierto del caso es que con lunas y eternos labios que restallan
se nos cuela entre la piel y finaliza entre los huesos.
Del corazón nada digo, que así lo pintan poetas,
como el eterno sufrimiento que merece un descanso.
Digo mejor de mis ojos, que buscan brotes semillescos;
digo mejor de mi pelo, que encanece.
Ni tu ni yo estamos exentos de la carne que fenece, y eso es un hecho que ni tú, que quizás no has llegado y no me estés oyendo, puedas remediar.

Y, sí, la carne muere en la tarde,
porque en la oscuridad ya se es cadaver de algún modo,
de algún modo esencia que aspira otra loción de cuerpo.

Y, sí, quizás sea cuestión de días.
No hay apuros.
Se es flor de un día o árbol milenario.
Todos se cansan del tiempo o se entusiasman con sus años.

viernes, 11 de enero de 2008

Naturaleza final

En definitiva, me quedo. Pero pongo condiciones para ello.
Se hace necesario algo de la luz siniestra del entendimiento,
esa que no manosea tanto la vida con su sabor a refrescantes alboradas.
¿Qué se vende así para la felicidad? El pan y el agua, y el agua y el pan,
teniendo como fondo un rostro secularmente sonriente.
Es demasiado... y no lo soporto.
Mi felicidad no es de este mundo.

Acepto quedarme si algo más de muestras animales me denominan más completamente.
Debo confesar mi aversión por esa paz y alegría que se espera de mí desde fundamentos congénitos. Ya lo dije.
Debo protestar.
Pido también un poco más de justicia y elocuencia para con mis sentidos enfermos: una nariz que funciona, un oído travieso y una mirada avasallante.
Es decir, un poco más de inteligencia, de esa que comulga con los cerdos, si así para alguien se entiende. Cerdos y semillas retronando en un encierro.

Finalmente, naturalidad. Fin de cuento.
Así, en honor a la verdad de mis sentimientos, pido quedarme sobre el polvo, y fusilar de una vez por todas a este enfermo traidor de cuatro mil sentidos perfectos.
Es una carga muy pesada para continuar el camino.

miércoles, 9 de enero de 2008

Pintura infantil

Conozco un pintor.
Deliberadamente afirma buscar lo feo de la vida para decorar el cielo.
Supuesto cazador de sapos.
Pero también conozco otro que muere entre mariposas y gusta hablar del infierno.
Supuesto matador de cisnes.
Algún día se encontrarán y de la tela del momento brotará un salto aquí y un vuelo allá.
Siendo de cualquier modo un final.
Y pasado el cuento será difícil saber con quién el secreto, quién la sombra o cuál la materia.
Apenas dos lienzos.

martes, 8 de enero de 2008

A un cadaver viviente

Ha transcurrido largo tiempo desde una vista solar.
Pútrida, la luz se detiene a media marcha
y el musgo o líquen celebran cadáveres.
Es el frío del planeta, sobre su cutis sideral.

Probablemente de tantas historias y vidas perdidas,
aunque recordadas,
se pueda uno entretener en medio de la oscuridad.
Por soles, para cuando el sol se acabe definitivamente,
se tiene la mente, el espíritu y las divagaciones.
Por frío, este cuerpo que se descompone.

lunes, 7 de enero de 2008

Hoy

¿Y bien? Nuevamente nuevo.
De vuelta con la cotidianidad.
Duramente enfermo de las cosas hechas y fundadas
Como un milenario árbol.
Como una secoya, roca o río.

Como la luz, viejo y nuevo.
Como un cadaver, permanentemente eterno.
Como los pájaros, mueriendo.
Soplando, como semilleros al viento.

Es un eterno llegar y venir para terminar, finalmente, desapareciendo.
Nuevo y viejo, presente y ausente.
Pero siempre nada nuevo.

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